Si estás aquí, es probable que te haya llamado la atención el título o que seas un Community Manager listo para lanzarme a la hoguera. Pero, en realidad, este es un post catártico, de esos que surgen cuando tienes mil cosas por hacer, pero decides procrastinar y expresar tu inconformidad a los cuatro vientos.
Primero, aclaremos algo: no estoy diciendo que no contrates un Community Manager. Claro que sí, ¡hazlo! Pero antes, es importante que entendamos qué es y qué no es un Community Manager.
Últimamente, he visto en mi perfil de Facebook varias empresas buscando contratar a uno. Las solicitudes suelen ser así:
Se busca Community Manager con las siguientes características:
- Estudiante de Mercadotecnia o carrera afín.
- Experiencia en redes sociales.
- Conocimientos en Facebook e Instagram Ads.
- Alto entendimiento de métricas.
- Google Analytics.
- Diseño web.
- Conocimiento de Photoshop o programas de diseño.
- Experiencia en ventas.
- Manejo de Mailing Marketing.
- Excelente redacción y ortografía.
- Proactivo, dinámico y sin límite de horario. (Con todas estas habilidades, suena más a cadena perpetua que a trabajo).
Al ver este tipo de requisitos, me doy cuenta de que aún hay confusión sobre el Marketing Digital. Y, sinceramente, no hay tiempo para aclararlo. Las empresas que no se adapten pronto comenzarán a sufrir. La tecnología avanza a pasos agigantados, y la Inteligencia Artificial está transformando el panorama. Si no quieres que tu empresa se quede atrás en los próximos años, te invito a que dediques unos minutos a reflexionar sobre esto.
El ejemplo que mencioné refleja un enfoque tradicional de lo que se espera de un Community Manager. Hace cinco años, esto podía ser aceptable, pero hoy ya no. El marketing digital se está especializando cada vez más. Cada uno de esos requisitos representa un área de especialidad que evoluciona rápidamente, y si en tu empresa no hay alguien que esté aprendiendo sobre ello, es probable que se convierta en un problema.
¿Por qué no puede haber un solo perfil que lo haga todo?
Porque son habilidades muy diferentes, y es como querer tener un gallo, una gallina, una vaca y una oveja en un solo animal: inevitablemente, algo fallará. Además, el entorno es inestable y requiere tiempo para investigar y aprender. Y esto marcará el futuro de tus ventas. ¿Quién no quiere vender más en el futuro? Seguro que tu empresa lo desea.
Así que no se trata solo de trabajar duro, sino de aprender más. Si no inviertes en el aprendizaje ahora, ¿cómo podrás invertir mañana? Si en este momento no estás capacitando a tus empleados o contratando personal que pueda formarse en las nuevas habilidades necesarias para llegar a tus audiencias y guiarlas hacia la venta, créeme: el futuro no será más fácil.
Las ventas del mañana no deberían depender de una sola persona. Se trata de un esfuerzo en equipo con habilidades diversas. Hace un año, el mayor reto para las empresas era entender la hiperconectividad y cómo enfocar su comunicación para conectar con sus audiencias. Hoy, a ese reto se le suma la adaptación de la inteligencia artificial en todo el entorno empresarial. Si insisto en este tema es porque estas tecnologías serán un tsunami que afectará a muchos profesionales y negocios. Los cambios que se avecinan llegarán más rápido y de forma más agresiva que en el pasado. Por eso, las empresas deben buscar talento humano enfocado en habilidades, no solo en conocimiento y tareas. Lo que sabemos hoy puede volverse obsoleto en un abrir y cerrar de ojos.

Aquí hay algunas habilidades esenciales que tu equipo debe considerar:
- Creatividad. En un entorno empresarial cambiante, la creatividad ayuda a adaptarse y encontrar formas innovadoras de conectar con los clientes.
- Analítica. Los datos son fundamentales. Si no sabemos interpretarlos, limitamos nuestra capacidad de mejora. No hay peor ciego que el que no quiere vender.
- Narración. Conectar con empleados, clientes y socios es clave. Contar historias es una herramienta poderosa para lograrlo.
- Habilidades tecnológicas. Con el avance de nuevas herramientas, es vital adaptarse a ellas y evaluar riesgos para poder adaptarse.
- Agilidad. Crear una cultura ágil en lugar de un entorno rígido es crucial para surfear las olas tecnológicas. La adaptabilidad es más importante que el conocimiento de un líder.
- Autoaprendizaje. El contenido se genera a diario. Debemos ser autodidactas y aprender mientras ejecutamos.
- Pensamiento innovador. Las empresas no pueden permitirse ser estáticas. El error es parte del aprendizaje, y quedarse en lo tradicional es una receta para la extinción.
Por lo tanto, no se trata de encontrar un Community Manager que lo haga todo. Necesitas uno que posea habilidades específicas y que esté rodeado de un equipo diverso. Este perfil debe ser capaz de analizar y entender a las audiencias, creando una comunidad. Debe investigar cómo y dónde comunicarse con esas audiencias.
Además, este análisis debe trasladarse a un equipo de trabajo, al menos de dos personas: una con habilidades blandas y otra con capacidades más técnicas. Es difícil encontrar un “gallo-gallina” que lo haga todo, y aunque exista, no habrá tiempo para cubrir todas las actividades necesarias. Si tu Community Manager no te ha sugerido crear microvideos como TikTok, Reels o Shorts, o no ha mencionado invertir en herramientas de Social Listening, es posible que no esté investigando lo suficiente. Y no lo culpo: con todas las demandas que se le hacen, es difícil mantener la eficiencia.
En resumen, las empresas necesitan adaptarse a un mundo en constante evolución. Invertir en aprendizaje y en un equipo diversificado es la clave para sobrevivir y prosperar en el futuro.




